La rentabilidad ‘fashion’ del movimiento feminista a debate
Desde que el escándalo de Harvey Weinstein saliera a la luz, el productor acusado de cometer decenas de abusos sexuales, las mujeres de Hollywood se han plantado. A principios de año, directoras, productoras e intérpretes decidieron unir fuerzas para alzar la voz, denunciar las dinámicas opresivas del patriarcado y poner fin al acoso y el abuso existente en la meca del cine (y en otros tantos terrenos). Unas peticiones que cogieron forman con la creación del movimiento Time’s Up, una plataforma formada por más de 300 estrellas, como Nicole Kidman, Emma Watson o Jennifer Aniston, para apoyar a las víctimas de acoso sexual. Una ambiciosa iniciativa que cuenta hasta con su propio fondo legal.
El caso Weinstein ha sido el punto de partida para pasar a la acción y la causa feminista está recibiendo más apoyos que nunca, no solo por parte de la industria cinematográfica. Un compromiso social que se ha trasladado a las calles del que, sin embargo, algunos podrían estar haciendo negocio. Al igual que ocurrió con la famosa camiseta ‘Todos deberíamos ser feministas’ creada por Maria Grazia Chiuri, la primera mujer al frente de la dirección creativa de Dior, las prendas confeccionadas bajo el lema #TimesUp se han convertido en el nuevo objeto de deseo para miles de personas.
En las últimas semanas, especialmente tras la celebración de la edición más reivindicativa de los Globos de Oro, ‘celebs’ como Reese Witherspoon o Meryl Streep han lucido los diseños de Lingua Franca. Una serie de camisetas y sudaderas con potentes mensajes creadas como señal de protesta: ‘No más silencio. No más esperando. No más tolerancia a la discriminación, el acoso o el abuso. Se acabó el tiempo’. Hasta aquí todo correcto.
Si bien es cierto que la marca neoyorquina dona 100 dólares por cada venta al Fondo de Defensa Legal Time’s Up, la realidad es que el precio de cada sudadera con el nombre de la plataforma no es nada accesible: 380 dólares. Sin embargo, y pese al elevado coste de las prendas que, como era de esperar, ha sido duramente criticado, las mediáticas sudaderas ya han colgado el cartel de ‘agotado’. Al igual que ocurrió con la camiseta de Dior, la historia se repite, la moda se impone y el mensaje se desvirtúa.
Sudadera Time’s Up (Lingua Franca NYC / 380 $).
Sea como sea, clientes no faltan y, aprovechando el tirón feminista, son muchas las firmas y cadenas ‘low cost’ que han lanzado todo tipo de prendas y accesorios que supuestamente apoyan el movimiento. No obstante, cabe preguntarse cómo se realizan estas piezas y recordar que gran parte del negocio textil funciona gracias a mano de obra esclava.
Camiseta de Stradivarius con mensaje feminista.
¿Se está mercantilizando el movimiento del ‘girl power’? ¿Se debe reivindicar la igualdad de género a través de una camiseta con un mensaje feminista que podría haber sido fabricada por mujeres en talleres clandestinos?
Con Time’s Up, sus sudaderas de 380 dólares y las ‘copias’ a precio ‘low cost’, la rentabilidad ‘fashion’ del movimiento feminista vuelve a convertirse en objeto (necesario) de debate.